miércoles, 26 de agosto de 2015

Visita al Monasterio de Piedra


Aprovechando el tiempo estival y el buen tiempo un grupo de militantes del CELE de Aragón se han aventurado a visitar el conocido como Monasterio de Piedra, fundado a finales del siglo XII,  fue uno de los primeros monasterios peninsulares a los que llegó la reforma del Císter, y está catalogado como monumento de importancia nacional desde febrero de 1983. En su fundación tuvo especial importancia el rey de Aragón Alfonso II, quién se constituyó como el valedor de la reforma espiritual de las órdenes y templos aragoneses, y contó con los monjes cistercienses como parte de su obra de restauración y unidad político-espiritual del reino. Todos los templos que formaron parte de la revolución del Císter en Aragón se ubicaron en áreas rurales y aisladas, en el caso del Monasterio de Santa María de Piedra está ubicado en una pequeña colina a los pies de Nuévalos, un pueblo que se encuentra a escasos kilómetros de Calatayud (Zaragoza).









La reforma Cisterciense, que tuvo su inicio en Francia, y supuso la restauración de la regla de San Benito, cuyas implicaciones a nivel espiritual, económico, social y cultural se hicieron sentir en toda la Europa cristiana, desde su centro inicial en Cluny se convirtió en un centro de renovación espiritual que se propagó con nuevas fundaciones por todo el orbe cristiano. En el Monasterio de Santa María de la Piedra podemos apreciar la simplicidad de los ornamentos y estructura arquitectónica, en contraste con la austeridad y sencillez preconizada por la Orden. Sin embargo, también contemplamos la complejidad de la división funcional de cada estancia, desde el refectorio, donde los monjes comían, pasando por el calefactorum, la única estancia del monasterio donde se disponía de calefacción, con glorias de aire caliente bajo el suelo, la estancia dedicada al rezo o bien otras estancias menos convencionales, como la dedicada a la producción del chocolate, que fue producido y consumido por vez primera en Europa en el Monasterio de Santa María de Piedra, dado que el papel de la Iglesia y los sacerdotes en la extensión de su consumo fue clave. 







Destaca otra de las partes del Monasterio, que permanece en estado ruinoso, y cuya destrucción dataría de las primeras etapas de conformación del estado liberal, concretamente de las desamortizaciones de Mendizabal, que afectaron gravemente a la economía y estabilidad del monasterio. Entre 1833 y 1840 fue objeto de numerosos ataques que provocaron la destrucción parcial de una parte antes de que se produjese su transferencia definitiva a manos privadas. 





En otras estancias también era posible contemplar distintos modelos de carruajes, la mayor parte de ellos de finales del siglo XIX y que no guardaban relación alguna con la historia original del monasterio, aunque si pertenecían a un servicio de transporte asociado al mismo. Asimismo, en otra de las estancias también se puede contemplar la maquinaria, aperos de labranza y otros utensilios empleados en la cosecha y fabricación de productos como el vino, el material expuesto es del siglo XIX y constituye una muestra etnológica de gran valor y belleza.