El sábado 14 de Febrero tuvo lugar en el Centro Social Capitana de Castilla, sede del MSR Madrid, un evento sobre el bombardeo de Dresde, coincidiendo con el 70 aniversario de la masacre, la mayor de toda la Segunda Guerra Mundial.
El evento contaba con una exposición fotográfica y una conferencia, que fue llevada a cabo por Eduardo Núñez, presidente de la Asociación de Amigos de Leon Degrelle. El propósito de la conferencia era ofrecer un homenaje a las víctimas, dar a conocer un suceso bochornoso que ha sido deliberadamente ocultado y solicitar justicia, pues ninguno de los que participaron en la masacre fueron juzgados por crímenes de guerra cometidos.
El evento contaba con una exposición fotográfica y una conferencia, que fue llevada a cabo por Eduardo Núñez, presidente de la Asociación de Amigos de Leon Degrelle. El propósito de la conferencia era ofrecer un homenaje a las víctimas, dar a conocer un suceso bochornoso que ha sido deliberadamente ocultado y solicitar justicia, pues ninguno de los que participaron en la masacre fueron juzgados por crímenes de guerra cometidos.
La ciudad de Dresde carecía de interés estratégico y militar, dado que no era un centro industrial ni formaba parte del frente de guerra, y ni tan siquiera contaba con defensas antiaéreas. Por el contrario, Dresde era una ciudad de gran valor artístico y cultural, siendo conocida como la Florencia del Norte, que durante la guerra se convirtió en ciudad hospital para los soldados del frente del este y de ayuda para los refugiados, ciudadanos alemanes en retirada ante el avance soviético.
Durante los días 13 y 14 de Febrero de 1945, cuando la guerra ya se había decidido, tuvieron lugar los bombardeos. Fueron 3 ataques aéreos de bombas, bidones de gasolina y fósforo que convirtieron la ciudad y los alrededores en ruinas. Las bombas incendiarias, alimentadas por la gasolina y el fósforo, generaron un tornado de fuego que destruyó todo lo que encontraba a su paso, generando temperaturas de hasta 2.000 grados centígrados, haciendo imposible que nada sobreviviese a su paso.
Tras
la conferencia tuvo lugar un interesante debate en el que se
explicaron anécdotas como la manipulación de fotos de las víctimas
del bombardeo, que tras la guerra fueron utilizadas como pruebas
contra el gobierno alemán. También se habló de la actitud
miserable y reprobable de determinados grupos que cada año aplauden
el bombardeo, llegando a mostrar pancartas con lemas como “todo lo
bueno cae del cielo”.