El pasado sábado 23 de abril, día de San
Jorge, de San Chorche, de San Jordi, y de Aragón, Chesús Pueyo ante
un concurrido público, nos brindó una entretenida charla bajo el título
San Jorge, historia, cultura, identidad, acercándonos al origen y
devenir histórico de la leyenda y mito de este santo patrón.
San Jorge, -nombre que
viene del griego georgios, cuyo significado es agricultor,
persona que trabaja la tierra-, cuenta con un profundo arraigo en la tradición hispánica y
europea, puesto que es venerado en distintas ciudades y países de
Europa, como lo confirman las banderas de cruz roja sobre fondo
blanco –Milán, Génova, Londres, Inglaterra, Georgia etc- y los
escudos donde aparece montado en su caballo – Moscú.-, lanza en
mano luchando contra el dragón, representa un icono universal, un
símbolo para que sea entendido en todas las lenguas mediante su
bandera o su lucha contra el dragón. De este modo, su enseña se
convierte en una bandera de guerra, de cruzada contra el Islam
representado por el malvado dragón, devorador. Desde sus comienzos la iglesia
católica ha interpretado la figura de San Jorge como el arma de Dios
en la Tierra. El caballo blanco sobre el que iba montado era la
iglesia. La lanza, el arma otorgada por Dios para acabar con la
blasfemia o el mal, representado por el dragón. Cuando los cruzados
encuentran la leyenda en el contexto cristiano bizantino, la hacen
suya y la trasladan desde Siria a Occidente, convirtiéndose el
dragón en el enemigo a combatir, lo convierten en un arquetipo. En Aragón es
venerado desde que éste apareció en la batalla del Alcoraz ayudando
a las tropas de Pedro I en la conquista de Huesca, a partir de
entonces se convierte en patrón de los territorios que pertenecieron
a la Corona de Aragón.
A modo de conclusión y
reproduciendo textualmente a Chesús Pueyo en su finalización:
«Esta leyenda, San
Jorge y el dragón, representa, todavía en el presente, la lucha del bien contra el mal, la
lucha de la luz frente a las tinieblas, la dicotomía entre el triunfo de nuestra identidad y el fin
de nuestra existencia como pueblo. Estamos ante una cruzada continua, contra
un enemigo común al que debemos derrotar – entre ellos la globalización,
el capitalismo destructor de pueblos-, nuestra lucha férrea no ha terminado,
todo lo contrario, continua diariamente, ayudando – como lo hizo San Jorge y
sus cruzados- a los nuestros, por medio de nuestra solidaridad y ayuda
social, creando justicia allá donde escasea o ha sido arrebatada y, como no, demostrando la verdadera cara del enemigo a combatir, el dragón representado
por el sionismo y sus lacayos; Estados Unidos, expertos en inventar miles de
guerras, de reinventar la historia y masacrar pueblos como el palestino, el
sirio etc, de crear ejércitos llenos de odio con el único fin de
servir a sus propios intereses; ya
sean económicos o políticos, como por ejemplo mediante la financiación
del Estado Islámico. Su deseo y único fin es acabar con nuestra Identidad Europea.
Hace años esa cruzada
venia representada por medio del estandarte de la cruz roja, hoy en día y el
estandarte ha cambiado, mantenemos el color rojo heredero de San Jorge
pero añadimos el negro, el de la revolución y la justicia social, este nuevo
estandarte que persigue el Despertar de conciencias y el triunfo de la Identidad, como españoles y europeos.»